Adam Sandler juega con sus "Niños grandes" en Palma de Mallorca
El cómico Adam Sandler se ha montado un buen plan de veran ha juntado a sus amigos -Chris Rock, David Spade, Kevin James y el director Dennis Dugan- para crear "Niños grandes", un juguete muy rentable que presentó hoy en Palma de Mallorca, con mucho humor pero sin Salma Hayek.
"Salma tiene una mansión tan grande que no la conoce del todo bien y se tropezó con algo que nunca había visto. Entonces llamó a una ambulancia y también se perdió por dentro de la casa", bromeó Adam Sandler ante los medios para justificar la ausencia de la mexicana. Un tono de humor que no abandonó en toda la rueda de prensa. "Niños grandes", película que llega este fin de semana a España tras recaudar más de 140 millones de dólares (107 millones de euros) en Estados Unidos, vuelve a ser un producto diseñado por y para Sandler, que escribe el guión y cuenta con su director fetiche, Dennis Dugan.
"Como cómico, nadie conoce tu comicidad mejor que tú mismo, así que me siento más cómodo cuanto más control tengo sobre la película". De hecho, los cuatro actores presentes en Mallorca demostraron en directo que su dinámica habitual no difiere mucho de los diálogos de su película. "Es verdad, no somos muy maduros", reconocieron. La película les reúne después de muchos años a propósito de la muerte de su entrenador de baloncesto y, con este encuentro, harán balance de lo que son sus vidas y de cómo ha cambiado el concepto de diversión para sus hijos, enganchados a las nuevas tecnologías.
David Spade, el único soltero del grupo en la realidad y en la película, fue el principal blanco de las bromas. "Desde que ha llegado a España se ha enamorado doce veces. Y las doce están ahora en su habitación", dijo Sandler. "También se ha enamorado aquí de Michael Douglas", añadió. "Niños grandes" combina el humor soez y políticamente incorrecto con un mensaje con mayor peso moral: trata de volver a las viejas costumbres, no ser muy susceptible y saber jugar. "Antes no teníamos televisión en la parte de atrás del coche y eso hacía que habláramos entre nosotros", explicó Chris Rock, que interpreta en "Niños grandes" a un hombre que asume las tareas del hogar. "Ni siquiera había cinturones de seguridad y los niños saltábamos como si fuéramos palomitas", añadió James, que encarna a un perdedor que intenta maquillar su derrota ante sus amigos de infancia.
Más en serio, James reconoció que es difícil combinar el hecho de que los hijos "tienen que estar en contacto con los ordenadores para ir con los tiempos que les ha tocado vivir, pero sin estar conectados todo el día". Y Sandler explicó: "Yo a mis hijos no paro de decirles: salid a jugar fuera un rato. ¿Conque no, eh? Venga... podéis ir a jugar con el iPad". Sandler, que por el papel más serio de su carrera, el de "Embriagado de amor" de Paul Thomas Anderson, ganó el premio al mejor actor en el Festival de Gijón, dijo: "Tenéis que extender por Europa, por China, por el mundo entero que soy buen actor". "Gracias a que me disteis ese premio, ahora habéis ganado el Mundial de Fútbol. Uno para mí y otro para vosotros", dijo entre risas un actor que no suele contar con el beneplácito de la crítica. "Guardo ese premio al lado de mi cama", aseguró después de demostrar que, en realidad, no recordaba haber sido galardonado en el festival de cine independiente de la ciudad española.
Pero, de momento, parece que seguirá abonado no sólo a la comedia, sino a su "troupe" habitual: con Dugan tiene tres proyectos en cartera -"Just Go With It", "The Zookeeper" y "Jack and Jill"- y reconoce que el trabajo de comedia es más proclive a la conciliación familiar. "Me siento afortunado. Siempre puedo llevar a mis hijos al set de rodaje en vez de irme a la caravana a intentar asumir la tragedia de mi personaje y conseguir llorar", afirmó. Aun así, también como en la película, tiene niñera. "No hay problema con tener niñera para cuando tu mujer está en la ducha. El verdadero problema es cuando la niñera es muy guapa. Por eso todas nuestras niñeras se parecen a David Spade", concluyó con una última puya a su compañero.
Mateo Sancho Cardiel, Palma de Mallorca
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